Llama especialmente la atención como se define por la
Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha (FBCLM en adelante) los pagos
que realizan los clubes para que se arbitren los partidos, y que no tiene referencia
en ninguna de las federaciones que hemos visto y que publican las normas de
competición en sus correspondientes webs: GASTOS POR DESARROLLO DE COMPETICIÓN.
Al margen de que luego le demos sentido a este nombre peculiar, no viene mal
hacer algo de memoria.
Los que llevamos tiempo en este deporte y en esta región,
podemos recordar cómo ha evolucionado la gestión de facturación y pago de los
recibos arbitrales.
Hace
años, los recibos por arbitraje los llevaba la pareja arbitral al partido para
su cobro. Ese recibo detallaba honorarios arbitrales, incluyendo árbitros y
mesas, derechos federativos y dietas. Las dietas dependían de donde se
desplazaba el árbitro. Su pago se hacía antes de empezar el encuentro, para lo
que se pagaba con talón, que exigían que fuese conformado pero que este punto
lo pasaban por alto, o en efectivo.
El tema de las dietas fue el que llevó al cambio que se da
en la actualidad respecto del importe (no de la denominación): había clubes que
por ser de localidad con árbitros como Alcázar de San Juan, Ciudad Real,
Toledo, Albacete o sus cercanías, tenían un coste arbitral inferior a los que
sufrían grandes desplazamientos por tener que recibir árbitros de otras
localidades lejanas con alto coste en dietas. Esto llevó a que se igualasen las
cuotas arbitrales por partido para todos los equipos, y con ese prorrateo se
pagasen las dietas por igual tengas los árbitros en tu localidad o no.
Este método tiene un buen fin: equiparación de costes para
todos los clubes. Pero puede tener un trasfondo
no tan noble, pues con esa diferencia entre derechos arbitrales y total recibo ¿cubre
exactamente las dietas pagadas a los árbitros, como es su UNICO FIN, o
corresponde a una financiación adicional de la Federación para otros fines?
Es decir, si sobre
una cuota por partido de 393 € en Primera Nacional, los costes de los derechos
arbitrales y federativos asciende a, por ejemplo, 240 (en Castilla y León por
estos conceptos es 227, en Aragón son 210 € y en Andalucía 248 € por tener una
referencia), con 153 €/partido, ¿se han pagado la totalidad de las dietas, o su
coste ha sido menor y este dinero ha ido a las arcas de la Federación? Estas
cuentas deben estar claras en contabilidad oficial. Deben ser conocidas por los
socios pagadores, los clubes, y adaptarse año a año para que ni falte dinero para dietas, ni sobre.
Y ahí la buena gestión de FBCLM para que, en la medida de lo posible, no se
mande un árbitro de Talavera a Hellín ni a uno de Almansa a Toledo para
economizar en dietas.
Los clubes pagan sus cuotas por arbitrajes, lo llame la
FBCLM como lo llame, y la Federación no atiende el pago a los árbitros. Pues
bien, aquí viene el motivo del segundo cambio en las tarifas arbitrales: su
cambio de nombre a GASTOS POR DESARROLLO DE COMPETICIÓN, por lo que a partir de
ahí, según intención de la FBCLM, se defienda que los clubes pagan para gastos
por desarrollo de competición y no por arbitrajes, y así pueda disponer
“libremente” de estos importes a otros pagos distintos (como sueldos a
trabajadores u otros).
Falta por explicar porqué estos GASTOS POR DESARROLLO DE
COMPETICION se pagan a la cuenta del COMITÉ TECNICO ARBITRAL y, que según
cuentas aprobadas por Junta, tiene saldo positivo (más ingresos que gastos) con
impagos a árbitros. Además, no es admisible que lleven contabilidad
diferenciada de la Federación, y no se aporte a la Asamblea un BALANCE DE
SITUACIÓN para que se vea la realidad de este comité y que ha llevado al
colectivo arbitral al paro.
Queda un punto pendiente: ¿lo pagado por los clubes en esta
temporada 2.014-2.015 corresponde con la calidad en los arbitrajes en
comparación con temporadas anteriores? Claramente
no.
Se paga lo mismo que temporadas anteriores y el nivel de
calidad en arbitrajes y auxiliares de mesa ha bajado a niveles insostenibles.
Partidos de categorías superiores (Nacional y Autonómica) arbitrados por
personal recién salido de un curso exprés sin experiencia ninguna y que lleva a
situaciones de partido perjudiciales a ambos equipos. No existe designación
arbitral, sino reparto de partidos, con colegiados que se terminan haciendo más
de seis partidos por fin de semana y cerca de 700 kilómetros no llegando a
tiempo en hora.
No hace falta
comentar cómo llegan los árbitros a los partidos, de ánimos y cansancio con
perjuicio en la salud de los mismos por sobrecarga y estrés. Árbitros que
eligen dónde pitar, como el Presidente de la Federación que no sale de Alcázar
de San Juan ni Campo de Criptana, a sabiendas que allá donde pita no es bien
recibido.
¿Que queda como conclusión a esta reflexión?
·
Que los clubes pagan por arbitrajes y no saben
lo que pagan. Es curioso que a un partido de Segunda división Autonómica no hay
operador de 24 segundos por norma, sin saber si en coste de recibo van
honorarios por este concepto o no.
·
Que los árbitros arbitran partidos sin saber cuál
es la repercusión en recibo pagado por sus honorarios, puesto que yendo dentro
de un global, desconocen cuanto pagan
(en negrita y subrayado porque los clubes pagan) por sus arbitrajes.
·
Solo se beneficia el que “organiza”: cobro por
aquí, y no pago por allá y el dinero ¿dónde va? Hay que recalcar que la
diferencia entre el recibo total por
partido/arbitraje pagado y el coste por derechos arbitrales y dietas va a la
Federación, importe que supongo es muy elevado (eso sólo se sabe con revisión
de la contabilidad) y del que no dan cuentas a la Asamblea, sobre todo del
estado de la deuda a los árbitros que han hecho su trabajo y no han cobrado
unos honorarios que, en cantidades superiores, ha cobrado la Federación por
esto concepto.
Con ello, se está viviendo una triste situación en el baloncesto
de Castilla La Mancha
Son lamentables los comentarios vertidos por Ramón Granados
en la ilegal asamblea del 21 de marzo 2015 sobre los árbitros en huelga: “han
basado su economía en lo que ganaban con el arbitraje y eso no es correcto. Los
ex árbitros que no pitan no aman el baloncesto. Los que aman el baloncesto son
los que están pitando con su esfuerzo y buen hacer” (literal acta de la
Asamblea).
Qué triste que haya asambleístas que digan que están en una
Federación ejemplar y que “conociendo la estructura de la FBCLM no podría estar
en otro sitio que no fuera apoyando”, cuando manifiestamente tienen en contra a
árbitros y clubes en número suficiente para, por lo menos, pensar que algo se
está haciendo mal.
Qué triste que cuando los clubes alzan la voz les llaman
“violentos”, “virulentos” y promotores de todos los males que no existen en la
Federación
Otra Federación de Baloncesto de Castilla La Mancha es
posible. Podemos y debemos hacerlo.
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